miércoles, 23 de febrero de 2011

Las razones de mi existencia

“Se pueden meter con cualquiera en mi vida (hasta conmigo), menos con mi papá, con mi mamá y con mi equipo, y en ese orden específico”, esta es la frase fiel que mis grandes amigos pueden dar fe que siempre ha salido por mi boca.

“Se pueden meter con cualquiera…”, es lo que siempre un ser humano con sangre caliente repite en defensa de algo que quiere con alevosía. Es lo que un ser humano de manera involuntaria proyecta en su cerebro cuando siente una amenaza hacia lo que más quiere.

“Se pueden meter con cualquiera, menos con mi papá….”. Si es que poco a poco completamos la frase original, tocaría añadir a la misma, la frase: “…menos con mi papá”, porque mi padre es la persona más admirable que he conocido en mi existencia. Es un hombre que cuando era niño llegó a comer un banano en un día y a pesar de esto actualmente tiene una familia con tres hijos bien educados, de los cuales dos somos profesionales y el tercero nos está dando la lección a los dos mayores al tener dos premios filantrópicos consecutivos. Es un hombre que salió adelante después que un incendio quemó todos los electrodomésticos que tenía que reparar en la época que era radio-técnico-electricista. Ese es mi viejo, la persona a la que más admiro (con las disculpas de mi señora madre). Es que mi señor padre es la persona que me inspira cada día para ser mejor, para dar el 200% si es posible.

“Se pueden meter con cualquiera, menos con mi papá, con mi mamá…”, y no es porque me sienta obligada a escribir sobre mi mamá en este post que la menciono, sino porque es la persona que ha ganado mi admiración por el solo hecho de haber soportado a mi señor padre tantos años. Y sí, a mi papá lo admiro y lo idolatro pero al mismo tiempo no me explico como mi mamá lo ha podido aguantar tanto tiempo. Porque mi papá es un persona difícil de tratar. Pero mi madre lo pudo hacer, es más, rebaso las expectativas, a tal punto de tener casi 33 años de casados. Mi mamá tuvo la paciencia de soportar dos hijos, casi de la misma edad (mi hermano mayor y yo) peleándonos casi todos los días (con puñete y patazo incluido). Mi mamá tuvo la resistencia de aguantar nuestra pubertad y adolescencia con todos los conflictos que los púberes y adolescentes pueden tener.

“Se pueden meter con cualquiera, menos con mi papá, con mi mamá y con mi equipo”, con las palabras:”….y con mi equipo”, termina este post. Es que a cualquiera pueden ofender, a cualquiera pueden insultar, a cualquiera pueden denigrar, menos a esos tres. Es que mi equipo es pasión. Así no hayamos conseguido aún nada a nivel internacional, mi equipo es lo que me hace amar al futbol (conste que tengo varios testigos que han observado mi maestría para dominar el balón). A mi equipo lo sigo desde cualquier parte del mundo y por mi equipo he aguantado ser “toqueteada” por cualquier mujer policía con tal entrar al estadio a observar a esas camisetas azules dominar el balón. Es que mi equipo une multitudes. Y ustedes se preguntaran, ¿cuál es ese magnífico equipo que tanto me apasiona?, pues EMELEC, ¿cuál más podría ser? Y es que la pasión por EMELEC es el único factor en común que tenemos los hermanos VARGAS. Los tres somos hinchas enfermos del mismo equipo. Los tres gritamos, lloramos y nos apasionamos por EMELEC. Y mi señor padre comparte nuestra pasión. Mi señora madre desgraciadamente es hincha del Deportivo Cuenca.