miércoles, 26 de mayo de 2010

Aerosmith: Dream On!

Sábado 22 de Mayo de 2010, ciudad de Lima. El día del concierto de Aerosmith había llegado. Mi preocupación por la pérdida de la llave del cajón de mi escritorio donde se encontraba guardada la entrada para el concierto había terminado. El día jueves previo al concierto arribó el cerrajero a mi puesto de trabajo con todos los instrumentos necesarios para violentar la cerradura de mi cajón. En menos de quince minutos el cajón estaba abierto y la entrada se encontraba en mis manos. Ahora solo restaba esperar dos días para que llegara el día del concierto.

Hasta que llegó el día. A la una y media de la tarde procedí a abandonar mi departamento para dirigirme al lugar donde habita mi amiga Lisset. En los últimos días he descubierto su gran afición por los conciertos, gran afición que compartimos. Dado el tráfico, nada fuera de lo normal en la ciudad de Lima, arribé alrededor de las tres de la tarde a la casa de Lisset. Allí se encontraba con otra amiga Katya, a quien yo recién conocía. Almorzamos, nos tomamos unas chelitas, y estábamos listas para empezar nuestra aventura “hard rockera”.

No nos tocó hacer mucha fila, dado que teníamos una de las localidades privilegiadas del escenario. Siendo las cinco y media de la tarde ya nos encontrábamos dentro del local. Buscamos el lugar donde hubiese mejor visibilidad y nos sentamos a esperar.

Cuando el reloj marcaba las ocho de la noche salió el grupo telonero. Una banda peruana llamada Amen. Yo en mi vida había escuchado de ellos, sin embargo noté que eran conocidos. Hubo una canción llamada “Sé que tú no estás solo” que hizo que todos los asistentes coreen a viva voz.

Tocaron alrededor de cuarenta y cinco minutos algunas canciones de su repertorio. Algunas fueron tarareadas por los presentes, otras simplemente fueron escuchadas. Pero en definitiva, resulto ser un buen grupo que vale la pena escuchar.

Mientras esperábamos que Aerosmith saliera al escenario, Katya y yo buscábamos un mejor lugar donde podamos apreciar a la banda. Es que nuestras localidades eran buenas pero estaban en cancha. Y con el metro y medio que ambas nos manejamos (unas completas enanas) cualquier persona de mediana estatura que se nos parara al frente tapaba toda nuestra visibilidad. Así que dejamos a Lisset en nuestros puestos originales, a ella nadie la podía tapar dado su metro setenta de estatura, y buscamos otros lugares más atrás. Sin embargo mientras transcurrían los minutos más gente llegaba, y más personas se nos paraban al frente. Así que decidimos regresar a nuestros puestos originales y disfrutar del concierto.

Siendo las nueve y quince de la noche, con quince minutos de retraso, se bajó el telón negro con un estampado del nombre de la banda “Aerosmith”. La gente emocionada comenzó a gritar, pero todavía no se escuchaban los acordes de ninguna de sus famosas canciones. Diez minutos después comenzó a escucharse en el aire los acordes de “Eat the Rich”. Y con ella, toda la gente comenzó a gritar, cantar y saltar. A continuación le siguieron “Love in Elevator”, “Falling in Love”, “Pink”, “Dream On”, “Living on the Edge”, “Jaded” y “Crying”. Todo un set de canciones clásicas, que si mi amiga Marielita me estuviera leyendo se estuviera muriendo al mismo tiempo. Muriendo por no haber estado allí.

Después de este set, era el turno al baterista Joey Kramer de entonar un solo de batería. Tocando con las banquetas, con la cabeza, con los puños, con el trasero (no mentira, con el trasero no tocó, ¡aunque hubiera sido lo máximo!) dio gala de su gran maestría para dominar la batería. Después de este hilarante espectáculo, continuo Steven deleitándonos con “Lord of the Thigs”, “Ragdoll”, “What it takes”, “Sweet Emotion”, “Stop Messin’”, “Last Child”, “Baby, Please Dont Go” y “Draw the Line”.

Y se despidieron del público. Pero la gente quería más. Hacía falta “Amazing” y “Crazy”. Los presentes comenzaron a aplaudir y a corear: “Ole, ole, oleee, oleee”. Y regresaron a entonar sus tres últimas canciones: “Crazy”, “Walk this Way” y “Train Kept A Rollin’”.

Y así concluía nuestra aventura. Agotada por la jornada pero muy feliz por la experiencia vivida, me retiraba del escenario con mis dos amigas, planificando desde ahora nuestro próximo concierto: Green Day. 



jueves, 20 de mayo de 2010

¿Y dónde está la llave?


Una de las razones por las que decidí realizar mi Blog fue el hecho de poder reírme de mí misma y de las cosas que me ocurren. Y es justo en este momento que me ha pasado una de esas cosas por las cuales el ser humano desprende la frase: “¿Porqué me tenía que pasar esto a mí?, o la típica frase criolla: “¡Cha.. que salada que soy!”.

Después de una larga espera el próximo día sábado 22 de Mayo se llevará a cabo, en un conocido estadio de la localidad limeña, el concierto del legendario grupo Aerosmith. Yo como amante de la buena música no iba a dejar de asistir. Con dos meses de anticipación adquirí la entrada a una de las mejores localidades del escenario donde se va a realizar el concierto.

Con gran cariño y recelo guardé mi entrada en el primer cajón del escritorio donde, de lunes a viernes, me siento a laborar. Y cada día tachaba los días de mi calendario a la espera de la llegada del gran día.

Haciendo un paréntesis a la historia les haré un pequeño resumen de mi rutina diaria de llegada y salida de la oficina.

8:00:00 a.m: Arribo a la oficina.
8:05:00 a.m: Saco la llave del cajón del escritorio de la cartera.
8:05:30 a.m: Abro el cajón del escritorio.
8:05:35 a.m: Saco el BlackBerry, los audífonos y el mp3 Player de la cartera.
8:05:37 a.m: Guardo la cartera en el cajón inferior del escritorio.
8:06:00 a.m: Empiezo mis labores diarias.

Si se dan cuenta la llave del cajón quedó puesta en orificio donde la misma abre y cierra los cajones. Y así permanece inamovible durante todo el día. Ahora les contaré lo que ocurre cuando finaliza mi jornada laboral.

7:00:00 p.m: Saco la cartera del cajón inferior del escritorio.
7:00:10 p.m: Giro la llave de manera que los cajones del escritorio no puedan ser abiertos.
7:00:30 p.m: Saco la llave y la guardo nuevamente en la cartera.
7:01:00 p.m: Guardo el BlackBerry, los audífonos y el mp3 Player en la cartera.
7:02:00 p.m: Deslizo el cierre de la cartera de manera que esta quede cerrada.
7:04:00 p.m: Me despido de mis compañeros en caso que todavía quedase alguno laborando.
7:06:00 p.m: Tomo el ascensor.
7:15:00 p.m: Abandono el centro comercial donde queda el edificio en donde laboro.
7:17:00 p.m: Tomo un taxi con dirección al departamento en donde actualmente vivo.
Entre las 7:30:00 p.m y 8:00:00 p.m (dependiendo del tráfico y de la ruta que tome el taxista): Arribo a la calle que queda frente al condominio donde habito.
8:00:10 pm (suponiendo que hubo tráfico): Procedo a abrir la cartera para obtener el dinero con el cual cancelo la carrera.

Así, todos los días mantengo una rutina similar de arribo y abandono de mi puesto laboral. Y no me da vergüenza admitir: ¡Nunca cambio de cartera para ir al trabajo! Es que yo no me complico, allí tengo todos mis papeles, mi pluma favorita y ¡la llave que abre los cajones de mi escritorio!. Más trabajo me daría estar cambiando la cartera y mover todo lo que tengo de una cartera a otra.

Pues, ahora se preguntaran porque motivo les he explicado todo esto. Porque a cuatro días del conciertazo, ¡se me ha perdido la llave del cajón del escritorio y con la entrada adentro del mismo! Y por más que le he dado vueltas a la cartera, al departamento, a la oficina, no logro hallar la bendita llave.

Entonces ustedes me aconsejará: “Encuentra un cerrajero”. Es que eso ya se me ha ocurrido. Pero, para el colmo de mis males, el cerrajero que hace este tipo de trabajitos para la empresa, ¡no aparece! Por último la persona encargada de contactarlo ha asegurado que el cerrajero puede acudir a la oficina recién el día lunes.

Así que ando a la espera del desenlace de esta historia. Si el domingo aparece un nuevo Post en mi Blog dedicado a Aerosmith, es porque he podido abrir los cajones de mi escritorio.

martes, 4 de mayo de 2010

BlackBerreando

Sé que voy a sonar a esos melodramas televisivos, cual Melrose Place, Desperate Housewives o Grace Anatomy, pero para arrancar este nuevo post vale la frase con la que se da inicio a cada nuevo capítulo de todas estas series norteamericanas, usada para poner al corriente a aquellos televidentes que han perdido el hilo de la trama. Ya se han de imaginar la frasecita esa. Y si no se imaginan, aquí va: “Previamente en El Rincón de Yessy”.

Y la pongo a consideración porque hay un capítulo que se perdió en medio de la historia de mi blog. Un capítulo que prometí realizar y me ha costado un poco dado que cada vez que me siento en mi laptop a concretarlo, surge alguna distracción, llámese facebook, chats, amigos, videos, música, virus, spams, que hacen que no pueda retomar el camino de mi misión.

Para empezar, se dañó mi laptop, bueno para ser específicos dañé el Windows de mi laptop. Mi hambre de conocimiento hizo que me descargue unos archivos (no piensen mal, nada de cosas XXX), y junto con estos archivos, los virus se adueñaron de mi compañera de grandes amanecidas y estudios, mi laptop personal comprada con el dinero ganado con el sudor de mi frente. En vista que no cuento con un antivirus procedí a aplicar mis conocimientos aprendidos durante mi último año de carrera profesional y junto con mi gran talento investigativo, procedí con mis propias manos a borrar las dll’s intrusas en mi maquina.

Todo marchaba bien, hasta que reinicié la máquina y de pronto me pidió volver a autenticar al Windows. Pero, si les contara como lo autentiqué. Eso lo dejamos para un blog privado, no vaya a ser que Bill Gates sea otro de mis fans y se encuentre leyendo el Blog.

Por suerte años atrás había instalado el sistema operativo Ubuntu pero nunca lo había usado realmente. Así que decidí empezar a navegar, revisar mis videos, mis trabajos, mi música, todo lo que tenia almacenado en mi laptop usando Ubuntu. Y me encantó. Si Windows XP (ni hablar del Vista) y Ubuntu compitieran en una maratón, Ubuntu haría comer polvo al Windows XP. Para una persona acostumbrada a trabajar con Windows, porque el mercado así lo ha impuesto, el Ubuntu es una maravilla, es algo del otro mundo en cuanto a rapidez. ¡Y es gratis!. Pero no todo es color de rosa. Cuando me puse manos a la obra en mi primer HOLA MUNDO para mi BB, me encontré con la noticia que no existen simuladores de BB’s compatibles con el sistema operativo Ubuntu. Fue entonces que le dije a mi gran amigo y colega Chisber que implemente el simulador (porfis Chisber, mira que es el tercer post en el que menciono tu nombre). Pero aún estoy a la espera de dicha implementación.

Como siempre he sido una persona a la que no le gusta depender de los demás y peor aún justificar su incapacidad echándole la culpa a otro, he retomado la misión en la laptop que generosamente me proporciona la Empresa en donde laboro y he procedido a bajarme las “vainas” que Chisber relata en su post “Iniciando con BlackBerry Java Application Development” (para más información visite http://gishak.wordpress.com/), las he instalado y he realizado los pasos que describe Chisber. ¿Y qué creen? ¡Me salió! Se carga el emulador del BB personal de mi laptop. ¡Y puedo navegar en el Súper Blog “El Rincón de Yessy por medio del Simulador!. Y para que no piensen que es mentira, a continuación les muestro la imagen de navegación de mi Blog desde el Simulador del BB.


La verdad es súper fácil. Me ha llevado una hora de trabajo realizar cada paso que indica Chisber. Así que anímense y prueben su propio BlackBerreado.