Perú ha resultado ser un país extremandamente religioso, como para declarar feriado desde el Jueves Santo. En estas fechas es cuando me hago más religiosa que nunca. Aprovechando los cuatro días de descanso decidí regresar a mi país. No voy a negar que viajo temerosa. A veces es mejor quedarse lejos hasta que pasen esos eventos que te nublan la conciencia y te empujan a realizar actos impulsivos.
Pero no hay marcha atrás. Con un pasaje ida y vuelta en clase Business me he embarcado de vuelta a mi país. He decidido tomarlo como una prueba. Y para aprobar la prueba con una excelente nota (no falta más de mi), he organizado los cuatro días de estadía. Cuales son esos planes?. Eso se sabrá el día en que ocurran.
Por cierto, como me fue en mi día cero?. En dos palabras: Muy bien. No me pude levantar a las 5:30 am, considerando que me acosté a dormir a las 2 am, la camita reclama más tiempo de permanencia en ella y no te quiere soltar. La chamba avancé lo esperado, excepto el Plan, el maldito Plan!. Sin embargo tuve un momento de histeria con Ernesto y Gerardo que no puedo permitirme tenerlo de nuevo. Después de la chamba celebramos el cumple de Ernesto en el bar Alemán (este bar es tema de otra entrada del blog). Y hablamos de la vida, del trabajo, de las traiciones y del amigo favorito de Ernesto (el sabe cual es). Y aunque, como nunca, estuve tempranito en mi depa (12:30 am), me siento satisfecha de mi día, esperando que el día de mañana sea aún mejor.
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